domingo, 22 de noviembre de 2015

Entierro de DURRUTI y la prensa de la época

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Entierro de DURRUTI



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[caption id="attachment_2152" align="aligncenter" width="500"]T_mulo_y_f_retro_de_Buenaventura_Durruti_el_l_der_anarquista_muerto_en_la_defensa_de_la_capital._Foto_Archivo_General_de_la_Administraci_n_Civil_del_Estado_A.G.A.C.E. Féretro  de Buenaventura Durruti, el líder anarquista muerto en la defensa de la capital. Foto Archivo General de la Administración Civil del Estado A.G.A.C.E.[/caption]



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El día 22 es trasladado a Barcelona, y es enterrado el 23 de noviembre. Su cortejo se convierte en una inmensa manifestación, según la prensa del día, se congregan más de medio millón de personas alrededor de su ataúd, cubierto con banderas rojinegras. Desde el principio fue evidente que la bala que había matado a Durruti había alcanzado también el corazón de Barcelona. Se calcula que uno de cada cuatro habitantes de la ciudad había acompañado su féretro, sin contar las masas que flanqueaban las calles, miraban por las ventanas y ocupaban los tejados e incluso los árboles de las Ramblas. Todos los partidos y organizaciones sindicales sin distinción habían convocado a sus miembros. Al lado de las banderas de los anarquistas flameaban sobre la multitud los colores de todos los grupos antifascistas de España. Era un espectáculo grandioso, imponente y extravagante; nadie había guiado, organizado ni ordenado a esas masas. Nada salía de acuerdo a lo planeado. Reinaba un caos inaudito. El comienzo del funeral había sido fijado para las diez. Ya una hora antes era imposible acercarse a la casa del Comité Regional Anarquista.


Los obreros de todas las fábricas de Barcelona se habían congregado, se entreveraban y se impedían mutuamente el paso. A las diez y media, el ataúd de Durruti, cubierto con una bandera rojinegra, salió de la casa de los anarquistas llevado en hombros por los milicianos de su columna. Las masas dieron el último saludo con el puño en alto.


Entonaron el himno anarquista "Hijos del pueblo". Se despertó una gran emoción. Las motocicletas rugían, los coches tocaban la bocina, los oficiales de las milicias hacían señales con sus silbatos, y los portadores del féretro no podían avanzar. Los puños seguían en alto. Por último cesó la música, descendieron los puños y se volvió a escuchar el estruendo de la muchedumbre en cuyo seno, sobre los hombros de sus compañeros, reposaba Durruti.





 Pasó por lo menos media hora antes que se despejara la calle para que la comitiva pudiera iniciar su marcha. Transcurrieron varias horas hasta que llegó a la plaza Cataluña, situada sólo a unos centenares de metros de allí. Los jinetes del escuadrón se abrieron paso, cada uno por su lado. Los coches cargados de coronas dieron un rodeo por las calles laterales para incorporarse por cualquier parte al cortejo fúnebre. Todos gritaban a más no poder.


No, no eran las exequias de un rey, era un sepelio organizado por el pueblo. Nadie daba órdenes, todo ocurría espontáneamente. Reinaba lo imprevisible. Era simplemente un funeral anarquista, y allí residía su majestad. Tenía aspectos extravagantes, pero nunca perdía su grandeza extraña y lúgubre. Los discursos fúnebres se pronunciaron al pie de la columna de Colón, no muy lejos del sitio donde una vez había luchado y caído a su lado el mejor amigo de Durruti.



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Se había dispuesto que la comitiva fúnebre se disolviera después de los discursos. Sólo algunos amigos de Durruti debían acompañar el coche fúnebre al cementerio. Pero este programa no pudo cumplirse. Las masas no se movieron de su sitio; ya habían ocupado el cementerio, y el camino hacia la tumba estaba bloqueado. Era difícil avanzar, pues, para colmo, miles de coronas habían vuelto intransitables las alamedas del cementerio. Caía la noche. Comenzó a llover otra vez. Pronto la lluvia se hizo torrencial y el cementerio se convirtió en un pantano donde se ahogaban las coronas. A último momento se decidió postergar el sepelio. Los portadores del féretro regresaron de la tumba y condujeron su carga a la capilla ardiente. Durruti fue enterrado al día siguiente".




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http://pacosalud.blogspot.com/2010/11/entierro-de-durruti.html







"El entierro de Durruti" (1936) es un reportaje del Sindicato Único de Espectáculos Públicos. El fragmento conservado de la versión española corresponde al principio de la película y contiene una largo texto biográfico, en el que se intercalan imágenes fotográficas de Durruti así como algunos fragmentos de la serie "Aguiluchos de la FAI" en los que aparece. El material termina a los pocos segundos de iniciarse las imágenes del cortejo fúnebre que recorrió Barcelona partiendo del edificio del sindicato en Vía Layetana.
El material, conservado en el MOMA se inicia con una versión más reducida del texto biográfico, montando a continuación las imágenes de Durruti en el frente de Aragón, que proceden de "Aguiluchos de la FAI". La multitud aguarda la salida del féretro delante del edificio central de la CNT/FAI, la locución indica que mas de 400.000 personas acompañaron y contemplaron el paso del cortejo que recorre la Plaza de Cataluña y otros puntos céntricos de la ciudad. A su vez, va señalando la presencia del President Companys, del Ministro Garcí­a Oliver y de otras personalidades. A su paso ante el consulado de los EE.UU, se señala que la bandera americana ondea a media asta. El cortejo fúnebre se despide y el ataúd, en un automóvil, sigue camino hacia el cementerio.




http://www.archive.org/details/ElEntierroDeDurruti



 

19361121 La Voz

19361122 El Sol

19361124 La Libertad

 

19361125 El Sol

 

19361130 La Libertad

 

 

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19361201 Mi Revista

 

19361202 Mundo Grafico (2)      19361202 Mundo Grafico

19361206 Cronica (2)       19361206 Cronica

 

 

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Entierro de Buenaventura Durruti día a día







Una inmensa muchedumbre, presidida por el Presidente de Cataluña y representaciones de todas las clases sociales, desfila durante unas seis horas por las calles de Barcelona acompañando los restos del heroico luchador 


¡Durruti! Este bravo luchador, de dura silueta y rasgos vigorosos, de sonrisa dulce y fina y de mirada de niño, ha pasado ya a ser el símbolo glorioso, la figura legendaria surgida de las entrañas populares de esta lucha por la libertad contra la tiranía. Durruti ha encontrado la muerte trágica y gloriosa de los héroes que encarnan los grandes movimientos históricos de la clase trabajadora. Durruti -una vida agitada en indomable rebeldía- comprendió en seguida en aquella madrugada roja del 19 de julio, la profunda trascendencia de lo que se ventilaba a tiros en las calles de la ciudad y se lanzó a la lucha con un brío y un coraje incontenibles... 

 

Pocas horas más tarde, marchaba, al frente de una fuerte columna de combatientes, por las carreteras de Aragón. Y ha sido en Madrid, en el este Madrid inexpugnable, gloria y estimulo del proletariado del mundo y acusación terrible contra las democracias acobardadas y decrépitas, en donde una bala certera ha acabado con la vida heroica del gran luchador. 

 

Los restos de Durruti fueron llevados ayer a su última morada. Barcelona tributó al combatiente caído un homenaje póstumo digno de su muerte gloriosa. Los que asistieron a presenciar la impresionante comitiva que acompañaba al féretro que cerraba el cadáver de Durruti no olvidarán jamás el acto de ayer. Es difícil de describir el intenso sentimiento, la aguda manifestación de dolor que Barcelona y Cataluña toda expresó en la muerte de este soldado del pueblo. Fueron centenares de miles de hombres, mujeres e incluso niños, que durante más de seis horas desfilaron por las calles de la ciudad. Fue el lloro contenido y silencioso que vimos en los rostros curtidos de muchos 

combatientes y en el de muchas mujeres del pueblo. Fueron los centenares de pancartas y banderas de todos los partidos y organizaciones antifascistas. Fue el derroche de flores que cubren hoy la tumba del fiel héroe del pueblo... Fue asimismo el día desapacible y gris que ofreció un marco severo al duelo de la ciudad. 

 

Durruti ha muerto, pero Barcelona se ha hecho digna de su glorioso tránsito. Durruti ya no existe, pero nos deja una consigna que debemos cumplir fielmente: ¡Avanzar! ¡Hasta la victoria final! ¡Ni un paso atrás! Ni una mirada atrás. La mejor manera de vengarlo es exterminar el fascismo rápidamente, implacablemente, inexorablemente. 


HASTA LA HORA DEL ENTIERRO QUE ESTUVO DESFILANDO GENTE POR LA CAPILLA ARDIENTE 



Hasta la hora señalada para el entierro, estuvo desfilando gente por la capilla ardiente, instalada en el vestíbulo del edificio de la CNT y la FAI, sito en la Gran Via Layetana, que desde hoy, se llamará avenida Durruti, no interrumpiéndose el desfile ni aun en las horas de la madrugada. Muchos de los que desfilaron eran portadores de coronas y ramos de flores, de los que pendían lazos con los colores roji-negro, catalanes, marxistas y republicanos, ofrendas que eran depositadas en la capilla ardiente. Asimismo coches y camiones eran portadores de ellas en una cantidad numerosa. Entre los que desfilaron, figuraban afiliados a todas las organizaciones antifascistas, hombres y mujeres, éstas en bastante proporción.


EL CADÁVER FUE VELADO POR EL MINISTRO DE JUSTICIA, FAMILIARES DEL FINADO Y LOS MILICIANOS DE SU COLUMNA 



El cadáver fue velado por sus familiares, el ministro de Justicia, García Oliver, milicianos de la columna Durruti y representantes del Comité de Defensa de Madrid, que vinieron a Barcelona acompañando al cadáver, así como de la FAI y los Comités Nacional y Regional de la CNT. Ninguno de los presentes podía ocultar la emoción del momento y la pena que embargaba su ánimo. También vimos en la capilla ardiente, al jefe de columna, Antonio Ortiz; jefe de los Servicios de Orden Público de la Comisaría, Dionisio Eróles; director de Solidaridad Obrera, Jacinto Torhyo; secretario de la Junta de Seguridad Interior, Aurelio Fernáudez. 

 

PERSONALIDADES QUE DESFILAN ANTE EL CADÁVER 



Desfilaron por la capilla ardiente, los consejeros de la Generalidad, señores Comorera y Fàbregas; el ministro de la República, don Jaime Aguadé; el presidente del Parlamento de Cataluña, don Juan Casanovas; el alcalde de Barcelona, señor Pi y Sunyer; el primer consejero, señor Tarradellas; el cónsul general de Rusia en Barcelona, al que acompañaba el alto personal consular, y el comandante Pérez Farràs. 

 

POR LA VÍA LAYETANA NO SE PODÍA DAR UN PASO 



Desde las primeras horas de la mañana comenzó a afluir gente al local de los sindicatos. Grupos nutridos llevaban banderas, coronas y ramos de flores. A las nueve era materialmente imposible dar un paso por dicha vía. Los balcones y las azoteas de las casas de la Vía Layetana aparecían llenos de gente. El aspecto era imponente. Algunos de los grupos llevaban pancartas alusivas a Durruti. En una de éstas aparecía su retrato. Otra de las pancartas decía: «Durruti, los mineros de Fígols te vengarán.» 

 

Una de las coronas era dedicada al finado por el coronel Villalba. De ésta pendían lazos con los colores catalanes y republicanos. 


EL CONSEJO REGIONAL DE ARAGÓN, EL MINISTRO DE INDUSTRIA Y EL CONSEJERO DE SEGURIDAD INTERIOR 



Minutos antes de ponerse en marcha la comitiva estuvo en la capilla ardiente una representación del Consejo Regional de Defensa de Aragón, integrada por su presidente, Joaquín Ascaso, y Benito Pavón, que después de permanecer en la capilla ardiente fueron a reunirse con las autoridades de Cataluña. 

 

También desfiló ante el cadáver el médico de la Columna Durruti, doctor Santamaría. 

 

Igualmente vimos en la capilla ardiente al ministro de Industria, don Juan Peiró, y al consejero de Seguridad Interior, don Artemio Aguadé. 

 

A las diez y diez minutos, el Presidente de la Generalidad acompañado del consejero primero, señor Tarradellas, y del jefe de los mozos de Escuadra, teniente coronel Gavari, llegaron al edificio del Comité Regional de la CNT, formándose acto seguido la Presidencia del duelo. 


AL SER SACADO EL FÉRETRO UNA GRAN EMOCIÓN SE APODERA DE LA MUCHEDUMBRE 



A las diez y cuarto fue sacado a la calle, a hombros de milicianos de la Columna Durruti, el féretro, que era muy sencillo y que estaba cubierto por una bandera de la CNT, ofrenda del grupo anarquista Los Solidarios, del que formó parte el finado en unión de Liberto Callejas, García Oliver, Vivancos, Ascaso, Aurelio Fernández y otros destacados militantes. Los más inmediatos al féretro arrojaron sobre éste gran cantidad de flores hasta cubrirlo. La salida a la calle del féretro produjo una gran emoción entre la muchedumbre. 

 

Seguidamente se organizó el cortejo, que fue precedido por el destacamento de motoristas de la Guardia Municipal y escuadrón de caballería mixto. 

 

Seguían los milicianos de las Columnas Libertad, Ascaso y Durruti y la banda de las Milicias, que al desfilar por delante de la Casa de la CNT y la FAI interpretó Los Hijos del Pueblo

 

A continuación iba el féretro, al que daban escolta los milicianos de la Columna Durruti y las presidencias formadas por los Comités Nacional y Regional de la CNT y el Peninsular de la FAI, entre los que iba el representante del Gobierno de la República, ministro de Justicia, García Oliver, y la de autoridades. Era integrada ésta por el Presidente de la Generalidad, don Luis Companys; cónsul general de la URSS; ministros de la República, señores Aguadé y Peiró ; consejeros de la Generalidad, señores Fàbregas, Nin, Calvet, Aguadé, Sandino, Comorera, Valdés, Closas, primer consejero señor Tarradellas; presidente del Parlamento, señor Casanovas; presidente de la Asamblea 

Municipal, señor Puig Elías; alcalde de Barcelona, señor Pi y Sunyer; general de la División, señor Aranguren, y comisario general de Orden Público, señor Revertes. Junta de Seguridad Interior en corporación 

 

Detrás del féretro iba la esposa del finado, que no podía ocultar la pena que le embargaba. 

 

A continuación de las presidencias seguían los Comités Regionales de CNT; Banda de las Milicias de la CNT y FAI ; representaciones de todos los Sindicatos únicos, con banderas y pancartas enalteciendo la figura de Durruti. Entre oirás anotaremos las más destacadas: 

 

«¡Venganza ! ¡Venganza! ¡ A nuestro Durruti, mártir de la Libertad!»; «Los heridos del frente a su compañero Durruti» ; «Descanse en paz nuestro querido hermano Durruti, el hombre de la FAI de sentimientos nobles y espíritu fuerte. Has dado tu vida generosamente por la causa de la Libertad. La España libre te llora y jamás te olvidará.» 

 

A continuación de los Sindicatos adheridos a la CNT seguían los dela UGT y entidades del Partido Socialista Unificado de Cataluña, con sus milicias y bandas de música; Milicias del POUM y una nutrida representación de este Partido ; Rabassaires ; Esquerra Republicana de Cataluña; Estat Català; Federals; Izquierda Republicana; Nacionalistas Vascos; Acció Catalana Republicana; representaciones de la columna Internacional y grupos internacionales de anarquistas. 

 

Fuerzas de aviación, de Carabineros, de la Guardia Nacional Republicana, Mozos de Escuadra, de Asalto y de Seguridad. Cerraba la comitiva la Cruz Roja. 

 

EL PASO DE LA COMITIVA 



A las once menos veinticinco, la comitiva se puso en marcha Vía Layetana arriba en dirección a la plaza Urquinaona. 

 

El aspecto de la Vía Layetana era impresionante. La gente había procurado colocarse donde pudo. Los balcones y ventanas, así como los terrados, habían sido tomados. 

 

Al pasar el ataúd y la Presidencia, el pueblo en absoluto silencio levantaba el puño. Durante todo el trayecto se lanzaron sobre el féretro ramos de flores. . 

 

La comitiva, después de pasar por la plaza de Urquinaona y ronda de San Pedro, llegó a la plaza de Cataluña a las doce. 

 

El paso por las Ramblas fue todavía más lento por el enorme gentío que se había allí reunido, que había utilizado como mirador hasta las ramas de los árboles. 

 

Al pasar el ataúd ante el Sindicato Unico del Espectáculo, Sección de Professores de Orquesta, la banda de esta entidad, bajo la dirección del maestro Fontbernat, interpretó Los Hijos del Pueblo y una marcha fúnebre. 

 

Nuevamente la comitiva se paró al llegar el féretro ante el monumento a Ascaso, situado ante el CADCI. El ataúd fue llevado hasta el lugar donde cayó el desgraciado militante de la CNT y se reintegró de nuevo a la comitiva, que se puso otra vez en marcha hasta el monumento a Colón, donde miles y miles de persones lo rodeaban, cubriendo la amplia Plaza de la Paz. 


EN EL MONUMENTO A COLÓN 



Al pie del monumento a Colón, donde estaba instalado el micrófono de la radio, detuvo la comitiva, 

y el dirigente de la CNT, Magriñá, pronunció unas breves palabras, en que destacó el impresionante homenaje que el pueblo de Cataluña rendía a Durruti como tributo a su vida de sacrificios por la libertad de todo el proletariado.


PALABRAS DEL CÓNSUL DE RUSIA 



Seguidamente, el cónsul de Rusia pronunció, en catalán, las siguientes palabras : 

 

«¡Estás hoy de luto, pueblo catalán! Con el corazón oprimido acompañas a la tumba lo que había de mortal en Buenaventura Durruti. Con el corazón bien abierto, con el alma henchida recibiré y engrandeceré todavía la que había de inmortal en él: la causa por la que vivió, luchó y murió Durruti. 

 

Recibiré y engrandeceré aún el odio implacable contra los opresores del pueblo y del amor activo de la Libertad. 

 

Más unidos y más fuertes que nunca en las líneas de fuego antifascistas. Por encima de los desacuerdos de los grupos y de la ambición individual, Durruti puso el interés de la lucha victoriosa. 

 

El nombre de Durruti va ligado a la creación de un frente único antifascista y a una disciplina consciente en el frente y en la retaguardia. 

 

Y por todo esto, su pérdida es tan penosa para todos los antifascistas de España y para todos los que simpatizan con su lucha heroica. 

 

El pueblo de la URSS siente como vosotros la muerte de Durruti. 

 

En nombre de la URSS yo os digo su dolor y la certeza de nuestra victoria. 

 

Salud camaradas de la lucha implacable por la libertad. ¡Muera el fascismo! 


GARCIA OLIVER 


El ministro de Justicia de la República, camarada García Oliver, pronunció profundamente emocionado el siguiente discurso: 

 

«Hace trece años que, junto con Fernández, con Ortiz, que ya no existe, con Pachili, con Ascaso, que también se fue para siempre, y con otros queridos compañeros que nos han dejado, formamos con Durruti el grupo anarquista, del cual en estos momentos dolorosísimos he de ostentar la representación del Gobierno de la Revolución Española. 

 

Con la desaparición de Durruti, los anarquistas perdemos A sentido de la organización y de la disciplina. 

 

En estas horas de angustia, el Gobierno de la Revolución saluda emocionado a Durruti, y a todos los que cayeron en esta lucha contra el fascismo. Saluda también a todas las mujeres que lloran la pérdida de las personas queridas y besa a la hija de Durruti, representación en este momento de todas las hijas que han perdido a su padre. Saludamos a los que en el frente luchan y lucharán hasta la victoria final. 

 

Un saludo expresivo y emocionante a todos los pueblos hermanos, y especialmente al pueblo de Rusia, que nos presta su importante colaboración para la consecución de la victoria. Y al noble pueblo de Méjico y a los camaradas de todo el mundo que nos animan en esta guerra contra el enemigo 

común. 

 

Tenemos el testamento político Durruti y lo hemos de realizar. Hemos de considerarnos su guerra. La lucha la hemos de ganar a base de todos los esfuerzos y sacrificios. 

 

Si el que lucha lo hace sin interrupción, horas y días seguidos, ¿por qué no han de trabajar incansablesmente los que están en la retaguardia, poniendo en práctica el pensamiento de Durruti? ¡Este es su pensamiento y lo hemos de llevar a cabo hasta vengarlo!

 

Y ahora, camaradas de la columna Durruti ; mientras dure esta lucha tendréis con vosotros el espíritu del gran jefe, del gran camarada. No os desmoralicéis por esta separación corporal, ya que su recuerdo ha de vivir estrechamente con vosotros hasta la muerte. No se ha de deshacer su labor, porque sino deshonraríais el nombre que lleváis. 

 

Camaradas : Disciplina, sacrificio, abnegación, y la gloria será para los que sepan sacrificarse. Unámonos todos los proletarios sin excepción. En el frente han caído juntos los republicanos, los socialistas, los comunistas y los anarquistas. Juntos, pues, hemos de obtener a victoria. ¡Romper esta unidad sería mi crimen.¡ ¡Gloria a Durruti!

Discurso del Presidente Companys 


Finalmente, el Presidente de Cataluña, don Luis Companys, pronunció el siguiente discurso:


«Los momentos no son de discursos, ya que el sentimiento embarga nuestro ánimo. Lo que acaban de decir los que han hablado y las últimas emocionantes palabras de García Oliver han traducido la expresión de este magno homenaje a la memoria de Duruti. Al pie de este monumento a Colón que descubrió un nuevo mundo hay todo un pueblo que con su esfuerzo y su sangre quiere forjar otro, lleno de libertad y de justicia.


¡Durruti! Desde la inmensidad del espacio puedes contemplar cómo todo un pueblo honra tu gesta. He aquí la verdadera inmortalidad, o sea el rastro que un hombre deja en el recuerdo sucesivo de las generaciones futuras.


Compañeros, en este momento intenso os recomiendo unión, disciplina, austeridad y valor.


Por un instante sentimos asomar las lágrimas a nuestros ojos. Pero, ¿por qué llorar? Es que sientes la muerte de un hombre que ha cumplido su deber y al que rendimos todos el tributo de nuestra admiración? Llora por los cobardes o los malvados. Seca tus lágrimas, alza el brazo y sigue adelante sin detenerte; el nombre de Durruti queda fijado como ejemplo. El camino que ha de recorrerse es todavía penoso y difícil, ¡Adelante, adelante!»


Terminados los discursos, la presidencia se situó en el paseo de la Aduana, donde se despidió el duelo.


El desfile comenzó a las dos menos cuarto y terminó a las cuatro menos cuarto de la tarde.


 



EN EL CEMENTERIO 


Ya desde mucho antes del mediodía, la muchedumbre que acudió al cementerio fue extraordinaria. Situándose todos alrededor del lugar donde había de ser sepultado el cuerpo del bravo luchador Durruti.


Se había dispuesto que, provisionalmente, Buenaventura Durruti fuese enterrado en la tumba menor número 69, situada en la Agrupación novena, de la vía de Juan Bautista, hasta la construcción de un panteón, donde además de Durruti será sepultado Ascaso. Funcionarios municipales designados por el sindicato de Funcionarios Públicos de la CNT habían cuidado de todos los trámites para que el entierro fuese realizado en el momento oportuno. Miembros del Sindicato del Ramo del Vidrio construyeron una tapa de vidrio irrompible para colocar sobre la tumba y mediante una losa con bisagras poder contemplar el cadáver, dentro de la caja, una vez ésta colocada en el interior de la tumba.


Una comisión de los antedichos funcionarios del ramo del Vidrio estaban situados al lado de la tumba, para atender convenientemente a la colocación de las dos referidas tapas. También hicieron acto de presencia, en espera de la llegada del cadáver, representaciones de las centrales dirigentes de la CNT y de la FAI, un grupo de combatientes de la columna Durruti, comisiones de todas las organizaciones sindicales y agrupaciones y partidos antifascistas, patrullas de control, y sobre lodo, como ya hemos dicho, una gran multitud que fue engrosando a medida que se acercaba la hora del entierro.


Muchas de las comisiones que llegaban ante la tumba, llevaban ramos y coronas de flores que eran colocados cerca del nicho destinado a contener los restos mortales del heroico luchador antifascista. Más tarde, la extensión de ramos y coronas cubría una enorme porción de aquel lugar.


Un grupo de militantes anarquistas «Los de ayer y los de siempre» colocó una bandera roji-negra en la parte alta de la tumba. Hacían a ésta guardia de honor milicianos con arma larga, entre los cuales estaban los de la columna Durruti.


A las cuatro menos cuarto de la tarde, el séquito fúnebre que acompañó los restos de Buenaventura Durruti hasta su última morada, llegaba el cementerio. Fueron disparados unos cañonazos por una batería de la costa, en señal de la entrada del séquito en el cementerio. A las cuatro en punto, el ataúd que contenía el cuerpo de Durruti, era bajado del coche estufa, en el cual había sido trasladado hasta la tumba.


El momento fue de gran emoción, emoción evidenciada con un silencio absoluto por la gran muchedumbre que llenaba completamente todos los alrededores de aquel lugar. Como ya hemos dicho, el pueblo allí reunido era enorme; miles y miles de personas aparecían diseminadas por todos los sitios, subiendo unas las estribaciones de la montaña y bajando otras hasta la entrada del cementerio, siendo de todo punto imposible que todo el acompañamiento llegase hasta el lugar del entierro. Por encima de aquella multitud, ondeaban gran número de banderas y pancartas. Hay que hacer constar que en aquel momento, la lluvia que se había iniciado a primeras horas de la tarde, era torrencial. A pesar del aguacero que descargó durante todo el acto del entierro el gentío en espontánea manifestación de profundo sentimiento no abandonó su lugar.


A causa de no coincidir las medidas del cuadrado que se había construido en la tumba para contener el féretro con las medidas de éste, no pudo ser bajado a la tumba. Se decidió colocar interinamente el féretro en un panteón instalado cerca del lugar donde había de ser enterrado.


Los amigos y compañeros más íntimos del bravo defensor del pueblo, desaparecido, cuidaron de trasladar el féretro y de colocarlo en el mencionado panteón. Se ha dispuesto que se hagan hoy los trabajos necesarios para que pueda ser enterrado Durruti en la tumba destinada al efecto, y cuya situación ya hemos señalado más arriba.


No fue posible atender el ruego insistente de muchas personas que pedían ver por última vez al admirado soldado de la lucha contra el fascismo. La caja no fue abierta, como solicitaba la gente, por cuanto en la forma en que está instalada se espera que podrán ser contemplados los restos del difunto.


Únicamente la compañera de Durruti entró, acompañada de otros familiares, en el interior del panteón, en donde permaneció unos momentos ante el que en vida había compartido con ella las horas de lucha, de esperanza y de felicidad.


A las cinco y media, se inició en medio de la más profunda emoción el desfile del pueblo, que fiel a su líder, abandonaba aquel lugar con una manifiesta pena y amargura, con intensa tristeza.



 


HONORES FÚNEBRES 


El Sindicato Musical de Cataluña tomó parte en la magna manifestación de duelo de nuestro pueblo por la muerte de su líder, Buenaventura Durruti.


Una orquesta, compuesta de cien profesores de dicho Sindicato, situada en un sitio del paso del cortejo y bajo la dirección del maestro José Fontbernat, interpretó, al pasar el cadáver del malogrado luchador, la marcha fúnebre de la Sinfonía Heroica, de Beethoven.


 



TODAS LAS ORGANIZACIONES COMUNISTAS HAN RENDIDO EL ULTIMO TRIBUTO AL CAMARADA DURRUTI 


Todas las organizaciones comunistas han rendido homenaje al compañero Durruti, luchador antifascista, que con su actuación y heroísmo se supo ganar la simpatía de la clase trabajadora española y la admiración del proletariado Internacional.


El número de coronas aportadas por las organizaciones comunistas es innumerable, pudiéndose destacar entre otras, las que fueron enviadas por C.C. du P.C. Français, Comités Regionales du P.C. de France des R. A., C.C. du P. C. Italien, C.C. du P.C. Allemand, Comité Antifasciste Italien, de Barcelona; Secretariado del servicio de los extranjeros del P.S.U. de C.C.C. de P.C. de Inglaterra, Brigada Internacional y el Comité Militar del Partido Socialista Unificado.


 



UN TELEGRAMA DE ANDRE MARTY


«Comandante jefe de la Base de las Brigadas Internacionales. -Los combatientes de las Brigadas Internacionales, trabajadores de todos los países y de todas las tendencias, saludan al luchador revolucionario Durruti, muerto gloriosamente en un combate en la defensa de Madrid. El nombre de Durruti, sinónimo de valor y acometividad, será para el pueblo de España el signo de la unidad de combate contra los bandoleros y vampiros fascistas. Para vengarlo organicemos y formemos, mejor aún, y más rápidamente las fuerzas militares del pueblo de España, unidas y disciplinadas, exaltando de esta forma la memoria de Durruti y de nuestros muertos. Ellos preparan metódicamente la victoria que, con su valentía, nos muestran el camino que va a ella. Por el conjunto de los voluntarios internacionales. - André Marty.»






 

Habla Buenaventura Durruti - Mitin de la CNT-FAI (1936)



 

http://www.youtube.com/watch?v=4UBO3F9eTUI

 

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